Chile es el paraíso del vino y la viticultura. Los vinos de Chile son una de las grandes sorpresas que el vino de Sudamérica ha dado al mundo. Este país cuenta con un clima privilegiado y es un verdadero jardín para el crecimiento de la vid.
Este país, es uno de los contados lugares donde la plaga de la filoxera no afectó a sus viñedos y donde durante años vinos tintos que se vendían como vinos de merlot, resultaron ser de la variedad carménère, una cepa que da lugar a tintos seductores, elegantes y aterciopelados y que hoy es todo un símbolo de identidad para la viticultura chilena.
Aunque el comienzo de la producción de vino en chile data de 1551, año en el que se lleva a cabo la primera cosecha por conquistadores españoles, hay un documento descubierto en los Archivos de Indias que señala que fue el viticultor Rodrigo de Araya el que plantó las primeras viñas en la Capitanía General de Chile en 1547. En diferentes documentos señalan como las semillas y plantas de la vitis vinífera procedente de España se plantaba junto a las indígenas para conseguir una rápida hibridación.
Las viñas prosperaron por una gran extensión de Chile gracias a un hábitat idónea, por su clima mediterráneo con veranos calurosos e inviernos lluviosos, a lo que hay que sumarle la ausencia de enfermedades.
Pero fue a partir de 1980 cuando los productores internacionales sobre todo en Europa, empezaron a invertir en la viticultura chilena creyendo en su potencial, renovando sus instalaciones y ayudando a que las exportaciones despuntaran definitivamente.
En Chile hay una decena de regiones vinícolas, divididas en subregiones, concentrándose principalmente en la zona centro del país ocupando una extensión de cultivo de 120.000 hectáreas, mucho menor que su vecino Argentina, siendo la más importante el Valle del Maipo.
Regiones vinícolas.
La clasificación tradicional de las distintas áreas vinícolas es la siguiente:
Atacama: es la región más septentrional de Chile, cerca de la zona más seca del planeta, el desierto de Atacama. Las Subregiones de Copiacó y Huasco están especializadas en la producción de uva para una de las bebidas estrella del país, el pisco, destilado de gran producción y consumo en Chile.
Coquimbo: conocida por sus grandes producciones de uvas de mesa y para producir pisco, la Región está experimentando un aumento en las plantaciones de variedades de calidad. Aunque representa una fracción muy pequeña del viñedo chileno está logrando gran impacto entre los vinos de gama alta. El calor de la fuerte insolación en los altos viñedos se alivia tanto por las brisas marinas como por los vientos procedentes de las montañas.
Valle del Elqui: la árida Subregión del Valle del Elqui, orientado de oeste a este y con alturas entre 300 y 2.000 metros, está produciendo en laderas de granito interesantes vinos de Syrah con similitudes a los de Ródano Norte además de Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc.
Valle de Limarí: con su clima cálido y seco se beneficia del riego de las aguas de deshielo que trae el río que le da nombre además de las nieblas generadas por la corriente de Humboldt que llegan desde la costa ya que no existe una cordillera costera. Los suelos son arcillosos y calcáreos, infrecuentes en otras áreas del país. En esta Subregión se elaboran principalmente vinos de Chardonnay con características minerales, entre los mejores de Chile, plantados en las áreas más frescas cercanas a la costa y vinos de Syrah de estilos diferentes en función de que se plante en parcelas frías o en las más soleadas y cálidas del interior.
Valle de Choapa: ocupa una estrecha franja entre los Andes y la Cordillera de la Costa. En su pequeño y elevado viñedo de suelos fértiles, que combinan arcilla, arena y rocas volcánicas, encontramos vinos de Cabernet Sauvignon y Syrah, estos últimos con una creciente reputación.
Aconcagua: la región toma su nombre del río Aconcagua más que de la cumbre homónima, que se encuentra al otro lado de la frontera con Argentina. Esta región incluye de norte a sur tres Subregiones muy diferentes entre ellas, las costeras de Casablanca y San Antonio, ubicadas entre el Pacífico y la Cordillera de la Costa que se encuentran entre las áreas vitivinícolas más frías del país, y la más grande, interior y cálida Valle del Aconcagua.
Valle del Aconcagua: esta subregión, que elabora principalmente vinos tintos, se encuentra entre las productoras más antiguas del país. Muchas de sus áreas se consideran demasiado cálidas para el crecimiento de uvas, pero de aquí proceden las que elaboran algunos tintos de mezcla de estilo bordelés que se encuentran entre los mejores de Chile. Los fríos vientos procedentes de las montañas enfrían los viñedos del valle, que discurre de oeste a este, donde cada vez más se plantan en las laderas y en lugares que no reciben todo el sol de la tarde. Los nuevos viñedos se están plantando más cerca de la costa, buscando menores temperaturas, con Chardonnay y Pinot Noir.
Valle de Casablanca: tanto Casablanca como San Antonio dan a Aconcagua su reputación de calidad. Casablanca fue la primera zona de clima frío costero que se plantó en Chile, al inicio de los años 80 del siglo pasado. El clima aquí es más frío gracias a las nieblas de la mañana y a los frescos vientos que soplan desde el océano mientras que las tardes soleadas facilitan el calor necesario, ofreciendo unas condiciones ideales que alargan el ciclo madurativo. Esta subzona es seca por lo que las posibilidades de obtener agua para regadío marcan su capacidad de expansión y al no disponer de río debe lograrse a través de pozos. En la actualidad tres cuartas partes del viñedo está ocupado por variedades blancas, Chardonnay y Sauvignon Blanc mayoritariamente, mientras que Pinot Noir, Merlot y Syrah completan la superficie.
Valle de San Antonio: esta reciente y pequeña subregión, la más costera de Chile, elabora reconocidos vinos blancos principalmente con Sauvignon Blanc y Chardonnay, variedades mayoritarias, y tintos muy interesantes de Pinot Noir. El viñedo se reparte por ondulantes colinas con unas condiciones climáticas similares a las de Casablanca. Entre sus límites se encuentra la interesante Zona del Valle de Leyda que elabora vinos de Sauvignon Blanc en estilo de clima frío en suelos de margas arcillosas con gravas, sobre base granítica.
Valle central: la escena vitivinícola de Chile está dominada por el Valle Central ya que es responsable del 83% de la producción. Es la región más antigua del país y los 400 km que abarca de norte a sur. Se encuentra ubicado a la misma latitud que la región vitivinícola argentina de Mendoza. Esta es una región extensa, llana y cálida. La fuerte influencia de la corriente de Humboldt conlleva que durante el día frescas brisas marinas soplen desde el mar hacia el interior, llenando el vacío dejado en el valle por el aire cálido que asciende desde el este. Por las noches el aire frío que desciende de las montañas hace que los vientos frescos soplen a la inversa. Estas condiciones favorecen una larga temporada de crecimiento que permite desarrollar aromas complejos a la vez que se mantiene la acidez en las uvas.
Valle del Maipo: área más cálida de las cuatro, donde nació la industria del vino en el siglo XIX, es el hogar de muchos de los principales protagonistas del vino chileno. El viñedo, rodeado de montañas, se ubica a una media de más de 600 metros de altura y recibe muy poca influencia del mar, dependiendo por tanto del aire descendiente de los Andes para refrescarse. Más de dos tercios del viñedo están dedicados a las variedades tintas entre las que se encuentran algunas de las mejores Cabernet Sauvignon del país. Aquí se elaboran muchos de los mejores tintos de Chile. Además, podemos encontrar vinos más básicos elaborados con carménère o Chardonnay.
Valle del Rapel: el clima cálido y seco favorece los vinos elaborados con variedades tintas, como Cabernet Sauvignon y carménère. Este valle es más conocido por sus Zonas de Cachapoal, al norte, y Colchagua al sur, que suelen aparecer en las etiquetas más que Rapel. En Cachapoal el 80% de las variedades son tintas plantadas sobre suelos mezcla de arena, arcilla y marga que se consideran muy apropiados para carménère y Cabernet Sauvignon. En Colchagua, una Zona en efervescencia, el clima es ligeramente más fresco que más al norte, gracias a las brisas marinas, pero sigue siendo mediterráneo y presenta una elevada amplitud térmica. Los suelos son arcillosos y de margas limosas en las zonas bajas con afloramientos graníticos en terrenos más elevados. Aunque Cabernet Sauvignon es la uva principal quizá aquí se encuentren los mejores carménère del país, además de poseer la mitad total de superficie nacional plantada de esta variedad. Junto con Merlot la zona está viendo crecer las plantaciones de Malbec, quizá en un intento de compartir el éxito que disfruta Mendoza, al otro lado de los Andes.
Valle de Curicó: Miguel Torres se instaló en este valle cuando decidió invertir en Chile. A pesar de que aquí renació el vino chileno moderno no es una zona que goce de renombre en la actualidad ya que se dedicó a los grandes volúmenes de uvas de variedades criollas para vinos de mezclas económicos, principalmente con País, aunque prácticamente ya desaparecida. La Subregión está plantada en dos tercios con variedades tintas, Cabernet Sauvignon y Merlot fundamentalmente, pero la superficie de variedades blancas, Sauvignon Blanc y Chardonnay, está en ascenso. Climáticamente se puede dividir en dos secciones, siendo la mitad este la zona más fresca ya que se beneficia del aire frío de los Andes. Esta situación está claramente en contraste con el resto del país donde las zonas del oeste, más próximas al Pacífico, suelen ser las más frescas, pero aquí la Cordillera de la Costa bloquea toda influencia del océano. Las precipitaciones son altas, para los estándares chilenos, y unos suelos que ofrecen buen drenaje junto con los largos y secos veranos con una elevada amplitud térmica permiten a las viejas viñas de Cabernet Sauvignon conseguir buenas maduraciones.
Valle del Maule: esta es la subzona vinícola más antigua de Chile y tradicionalmente ha producido vastas cantidades de vino básico ya que dispone de un clima seco y cálido, sin influencia marítima, con elevada amplitud térmica, en suelos aluviales o volcánicos y con abundante suministro de agua, lo que facilita los grandes rendimientos. Pese a que aún se producen grandes cantidades de vinos a base de País y Moscatel, se puede apreciar el potencial de la zona en algunos de los Cabernet Sauvignon, Chardonnay e incluso Malbec que se elaboran. Entre los elaboradores de prestigio se ha despertado un gran interés por los viejos viñedos de Cariñena existentes en esta zona.
Región del sur: la mayoría de las plantaciones en esta Región eran tradicionalmente de País y Moscatel de Alejandría, con las que algunos pequeños elaboradores consiguen elaborar vinos interesantes. Comprende tres pequeñas Subzonas diferenciadas. El Valle del Itata antes formaba parte de Bío-Bío.
Valle de Itata: presenta unos característicos suelos rojos y abundantes precipitaciones, pero mantiene una significativa amplitud térmica pese a su latitud. Las altas precipitaciones, que pueden superar los 1.000 mm, y los fuertes vientos se deben a que no hay cordillera costera que actúe como barrera geográfica que impida la llegada de los frentes desde el océano Pacífico, a diferencia de regiones chilenas más al norte. Las plantaciones de variedades criollas se están sustituyendo poco a poco por Cabernet Sauvignon y Chardonnay.
Valle de Bío-Bío: marca la verdadera transición hacia el profundo sur chileno que antes se consideraba demasiado meridional para la viticultura, aunque en los últimos tiempos se ha unido la Región Austral, todavía más al sur. Las condiciones climáticas frías son favorables para las variedades borgoñonas, Chardonnay y sobre todo Pinot Noir están ofreciendo muy prometedores resultados. También es un área adecuada para otras variedades blancas como Sauvignon Blanc y Riesling.
Valle de Malleco: es la Subzona más pequeña y meridional de las tres ya que se extiende hasta los 40º. Los suelos son fértiles y las temperaturas de verano elevadas pese a la latitud, pero el viento ayuda a mantener los rendimientos más bajos. Chardonnay y Pinot Noir son las variedades más plantadas.
Región Austral: la región más meridional de Chile, está dividida en dos subregiones. La superficie de viñedo y la producción de vino en estas dos subregiones son aún testimoniales, pero ya se puede apreciar su potencial en algunas elaboraciones con variedades de clima frío.
Estas son las diversas regiones en las que Chile clasifica sus regiones vitícolas y puede ser tan confuso que las nuevas reglamentaciones permiten una nueva clasificación más amigable con el consumidor final. En el siguiente artículo hablaré de ello.
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