En Argentina, el vino es más que eso. Su vínculo es tan grande que el vino es oficialmente la bebida nacional. La identidad del vino argentino tiene mucho que agradecer a la variedad malbec, una uva de origen francés que se adaptó tan bien a las tierras del país, que hoy en día es la cepa más plantada.
El 24 de noviembre del 2010 se firmó el Decreto 1800 que lo declaró bebida nacional de la Argentina, razón por la cual esa fecha se celebra como el Día del vino argentino.
En Argentina la elaboración del vino ha llegado ya a la élite mundial y año con año grandes catadores de fama internacional se sorprenden con la extraordinaria calidad de los vinos que aquí se elaboran. Argentina es un verdadero motor en la revolución de los vinos de Sudamérica.
Actualmente, Argentina se ha colocado a la vanguardia de la industria vitivinícola gracias a sus sólidas bases. La producción y el consumo de vinos en el país se remonta a principios del siglo XVI, cuando los primeros especímenes de vitis vinifera fueron traídos a América por los colonizadores españoles.
También fueron importantes en su propagación los sacerdotes católicos que cultivaban viñedos cerca de sus monasterios, y así aseguraban la producción de vino para celebrar la Santa Misa. Durante el siglo XIX, los inmigrantes europeos introdujeron nuevas técnicas de cultivo y otras variedades de cepas, que hallaron en los Andes y el Valle de Río Colorado el hábitat ideal para su crecimiento.
En el siglo XX la industria vitivinícola sufrió fuertes cambios que marcarían el rumbo futuro: se pasó de la producción masiva para el consumo interno, a una producción de menor volumen y mayor calidad de nivel internacional.
Regiones vinícolas.
Argentina divide sus zonas vinícolas en 3: Norte, Cuyo y Región atlántica-Patagonia.
Norte: se ubican en la Alta Cuenca del Río Juramento que ocupa una parte del noroeste de la provincia de Salta, noreste de Catamarca, noroeste de Tucumán y una porción menor del sur de Jujuy totalizando una superficie aproximada de 33 mil km2.
El clima, frío y seco presenta grandes amplitudes térmicas diarias. La parte que comprende a la cuenca se caracteriza por presentar un clima semiárido con 200 mm de precipitación anual. La irradiación solar es muy alta y los vientos intensos. El agua de irrigación proviene principalmente de los ríos Calchaquí y Santa María y de numerosos cursos de agua.
Subregiones importantes:
Cafayate
Jujuy
Salta
Tucumán
Catamarca
Valles Calchaquíes
Cuyo: significa “país de los desiertos” en el idioma huarpe millcayac de los pueblos originarios que habitaron esta zona, previo a la llegada de los colonizadores. Una región árida y fértil situada en el centro oeste del país, al pie de la cordillera de los Andes, que comprende las provincias de La Rioja, San Juan y Mendoza.
Con 184.008,6 hectáreas de viñedos, Cuyo concentra el 95% del total de la superficie plantada en el país que, sumado a la herencia vitivinícola y al alto grado de desarrollo alcanzado por la industria, la convierten en la región más prolífica de Sudamérica y una de las más importantes a nivel mundial.
Es en Cuyo dónde se pone de manifiesto de manera más patente el carácter diverso de la vitivinicultura argentina. La región presenta un clima semidesértico con escasa vegetación, frío en invierno y caluroso en verano, potenciado por la influencia de los Andes, que registra aquí sus mayores alturas y provee la principal fuente de irrigación. El agua pura de deshielo nutre los principales ríos de la región, que son aprovechados mediante un sistema de embalses y canales para el riego de los cultivos.
Subregiones importantes:
La Rioja
San Juan
Mendoza
Cuyo.
Patagonia y Región atlántica: grandes extensiones desoladas en el sur del territorio, flanqueadas por montañas bajas y boscosas, y un circuito de lagos paradisíacos en el oeste, y las costas del Atlántico al este, dan vida a la Patagonia. La superficie cultivada alcanza 3.786 ha, lo que representa cerca del 2% del total plantado en Argentina.
La actividad vitivinícola en la región septentrional se asienta sobre las cuencas y riberas de los principales ríos, que ejercen gran influencia en el terroir, y comprende diversos oasis al suroeste de la provincia de La Pampa, este de Neuquén y norte de Río Negro, hasta la desembocadura del río en el Mar Argentino. En los últimos años, productores inquietos han empujado la frontera del vino hacia el sur, más allá del paralelo 45° en Chubut, y hacia el este con nuevos proyectos en Buenos Aires (Chapadmalal IG).
Subregiones importantes:
Neuquén
Río Negro
Patagonia/Patagonia Argentina
Chubut
Buenos Aires.
En 1999, la Ley N° 25.163 estableció cómo deberían ser clasificados los vinos en Argentina en base a su origen. Fue una necesidad para el país, y un requerimiento internacional para la exportación. Se establecieron las Indicaciones Geográficas (IG) y, las Denominaciones de Origen Controladas (DOC): Luján de Cuyo y San Rafael.
Varietales.
A lo largo de los 3.800 kilómetros de extensión de norte a sur, la superficie de viñedos en Argentina cubre 214.798 hectáreas (2020), de las cuales 197.965 corresponden a un abanico de variedades que dan origen a vinos de la más alta calidad enológica.
Variedades tintas:
Malbec
Bonarda
Cabernet Sauvignon
Syrah
Tempranillo
Merlot
Pinot Noir
Cabernet Franc.
Malbec.
El Malbec es la cepa insignia de Argentina; el país que tiene mayor superficie de Malbec en el mundo. Es una cepa originaria del Sur Oeste francés, en donde es llamada Côt, de estilo tánico y duro. Por su intenso color y sus matices oscuros, los vinos obtenidos con esta variedad se llamaban “los vinos negros de Cahors”. Estos vinos se consolidaron en la Edad Media y terminaron de fortalecerse en la modernidad.
La conquista del mercado inglés fue un paso decisivo en la valoración de esta cepa en Inglaterra y en el mundo. En 1852 esta variedad es traída a Argentina por Michel A. Pouget, Ingeniero Agrónomo francés contratado por el gobierno nacional de este país.
En 1863, la plaga de filoxera destruyó la viticultura francesa, por lo que el “Côt” cayó en el olvido dejando, sin embargo, una cultura de apreciación del Malbec ya construida. El Malbec en particular se adapta rápidamente a los diversos terruños que ofrece la geografía del país y comienza a producir vinos incluso mejores que en su tierra de origen.
Argentina se convierte en el único país en el que se encuentran cepas originales de Malbec auténticamente provenientes de Francia.
Variedades blancas:
Pedro Giménez
Torrontés Riojano
Chardonnay
Moscatel de Alejandría
Sauvignon Blanc
Chenin Blanc
Viognier
Semillón.
Torrontés.
Se produce únicamente en la Argentina y posee un sabor inigualable. Se encuentra a lo largo de todas las regiones del país, desde Salta hasta Río Negro y se está afirmando como la firma del vino blanco argentino.
En la Argentina hay 3 tipos de Torrontés: el mendocino y el sanjuanino que poseen más aptitudes para el consumo en fresco y el Riojano que es el más cultivado y el que expresa las mejores cualidades para la elaboración de vinos finos, muy frutados y a la vez secos. Este último ha valido varios galardones internacionales.
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